Con vuestra venia, y quién sabe si algún día alguien le echará un ojo, me gustaría compartir éste poemilla con vosotros. Espero os guste.
Vivir o morir despacio
A veces desearía taladrar el sol con los ojos
y así descubrir qué noches se esconden
tras su luz
A veces deseo tanto
que casi olvido ser sólo uno de tantísimos ciegos
a los que un espejismo arrancó las pupilas
para jugar a las canicas.
Dime qué persigues
y te diré que es lo que te esquiva,
confiésame a qué miedo temes
y te mostraré adónde te arrastra,
a que fauces
a que vorágine de luz negra
te abocas con el estupor de unos ojos abiertos.
Éste sueño no puede ser vida.
Los muertos también sueñan
sueñan con la vida,
mientras los vivos sueñan muerte.
La muerte es entonces sueño
sin dejar de ser vida,
mientras la vida no se sueña
sin dejarse de ser muerte.
¿Qué es entonces la vida?
Tal vez sea un montículo de arena que se desgrana
o una hoja mecida en la brisa del huracán.
Quizás sólo sea un trozo de tierra
que aprendió a respirar entre dos estretores,
entre el dolor de llegar
y el previo a la última ausencia.
Si hay dolor hay vida
Si hay vida hay alegría, si hay alegría hay sueño
Si hay sueño hay muerte, si existe muerte hay vacío
y si hay vacío
hay
con qué llenarlo
de vida.