venga, ahí va algo más de poesía
MUERTE EN LA GRAN CIUDAD
Noche cerrada cae en la ciudad,
luces fulgurantes, a toda velocidad;
máquinas bestiales, gloria de la humanidad,
transeúntes inertes, pasan sin mirar.
Salgo a la calle bajo la lluvia de abril;
la polución encerrada en la luz del candil;
piso los charcos, la tela de un mandil.
Basura e inmundicia no me dejan vivir.
Ahora camino sin rumbo,
soñador, perdido en mi mundo.
Me pierdo entre la gente y la marea,
vencido por el gran poder de las ideas.
Un segundo, otro, y otro más.
Amanece la vida en la capital.
Busco un refugio, escondido en el manglar;
no encuentro comida, ni un solo manjar.
Un borracho caído en la acera de atrás.
¿Dios está aquí? No le he visto llegar.
La muerte acecha en la esquina de un bar.
Solo hay vacío, adiós a la vida y la felicidad.
Soplos de viento rugen ahí fuera;
me sigue un adiós, ya viene a mi vera.
Aire helado arranca la vida:
trae muerte, destrucción, y ánimo suicida.
4 - 12 - 08